Yishai Jusidman, Las rutas de la abstracción y Presuntos Culpables.
The Economist Shuffle #5 - Yishai Jusidman
Hmm por donde empezar?
Llevaba tiempo si ir a este museo. No se me había ocurrido y creo que es por la falta de promoción cultural que tiene (definitivamente no está en mi top of mind ni encabezando la lista de eventos en Facebook). Su imagen necesita una renovación y ni siquiera tiene una página web. Es una lástima que no puedan juntar 50mil pesos para pagar un dominio, diseñar algo sencillo y tener una dirección en la aldea global... Al menos un blog deberían hacer, pero bueno, esa no es la razón por la cual les comparto mi experiencia del domingo pasado.
Ya me encontraba en la calle y de buen humor. Había salido del cine de ver "Qué Pasó Anoche" (The Hangover) y decidí palomear el MAM. La primera razón por la que me lancé a Chapultepec fue para ver las sillas de mi ante comedor. Hace ya cuatro meses que me pidieron prestadas. Se trata de una silla con descansabrazos y una sin del diseñador norteamericano que fue a estudiar a la Bauhaus y después se autoexilió a México en donde diseñó una serie de muebles modulares al alcance de la clase media del país. La persona que las ubicó primero en mi casa fue Omar Crúz, quien entre pláticas escuchó que Ana Elena Mallet estaba buscando muebles de esa marca y le comentó sobre los míos. Caminé por los pasillos de la expo hasta dar con la instalación de las sillas. Creo que pusieron una super alto y no se logra apreciar tan bien el diseño. Quizá era para que vieras la plaquita que tiene abajo o para que apreciaras la estructura de soporte de la silla, que sé yo. El caso es que estas preciadas piezas del diseño mexicano moderno fueron a dar a mi casa después de un paseo por La Lagunilla. Esta expo fue la que más me gustó del museo. Estuve mucho tiempo contemplando con fascinación las revistas de arquitectura, los cuadros de Felguérez y los logos que fueron creados en esas épocas (muchos son de empresas regias. Ajuá!).
La segunda razón por la cual visité el MAM fue por que mi casera, Vida Yovanovich, expuso una pieza en la planta alta. La exposición se llamaba "Presuntos Culpables" y sus fotos de mujeres en la cárcel muy a penas se podían ver. Estaban en una especie de cuarto hecho de tablaroca que tenían rupturas intencionales de las cuales se les salían las estructuras de metal. Las fotos casi no se veían pues estaba muy obscuro y la verdad, creo que hubiera estado mejor que las mostrara enmarcadas o simplemente impresas y sobre la pared. Después caminé por el pasillo auditivo (y muy obscuro) de Rogelio Sosa en el cual escuchabas ruidos de la cárcel (y quizá olores también por que cuando entré alguien aprovechó para tirarse uno) y al salir me topé con una serie de vitrinas con utensilios hechizos como de boy scout jodido producidos por un colectivo que se armó en una cárcel. También había un cubo o cuarto obscuro de Santiago Sierra suponía ser una celda de castigo (I don't think so.... seguro las celdas de castigo apestan a orines y a secreciones y esta era una caja muy mona con olor a pintura de museo en la cual reflexionas pero no te atormentas). Las fotos de Aridjis muy buenas y el Time Divisa del chavo recién salido de La Esmeralda también le dan otra dimensión a la expo. No sé... mixed feelings. Medio pretenciosa, pero sin duda diferente!
Luego me pasé a ver la expo de Yishai Jusidman y como ya estaba saturada de info, solo pude digerir las pinturas tituladas "Geishas" y las piezas basadas en fotos de The Economist. Jusidman es un gran pintor, no cualquiera puede con temple... y él es un master.
Y para rematar había una expo de foto del acervo del museo y de esta colección me gustó la fotografía titulada "Polvareda" de Rodrigo Moya en donde un par de elegantes damas de los cincuentas caminan cubriéndose de la polvareda por el paseo de la Reforma.
Hmm por donde empezar?
Llevaba tiempo si ir a este museo. No se me había ocurrido y creo que es por la falta de promoción cultural que tiene (definitivamente no está en mi top of mind ni encabezando la lista de eventos en Facebook). Su imagen necesita una renovación y ni siquiera tiene una página web. Es una lástima que no puedan juntar 50mil pesos para pagar un dominio, diseñar algo sencillo y tener una dirección en la aldea global... Al menos un blog deberían hacer, pero bueno, esa no es la razón por la cual les comparto mi experiencia del domingo pasado.
Ya me encontraba en la calle y de buen humor. Había salido del cine de ver "Qué Pasó Anoche" (The Hangover) y decidí palomear el MAM. La primera razón por la que me lancé a Chapultepec fue para ver las sillas de mi ante comedor. Hace ya cuatro meses que me pidieron prestadas. Se trata de una silla con descansabrazos y una sin del diseñador norteamericano que fue a estudiar a la Bauhaus y después se autoexilió a México en donde diseñó una serie de muebles modulares al alcance de la clase media del país. La persona que las ubicó primero en mi casa fue Omar Crúz, quien entre pláticas escuchó que Ana Elena Mallet estaba buscando muebles de esa marca y le comentó sobre los míos. Caminé por los pasillos de la expo hasta dar con la instalación de las sillas. Creo que pusieron una super alto y no se logra apreciar tan bien el diseño. Quizá era para que vieras la plaquita que tiene abajo o para que apreciaras la estructura de soporte de la silla, que sé yo. El caso es que estas preciadas piezas del diseño mexicano moderno fueron a dar a mi casa después de un paseo por La Lagunilla. Esta expo fue la que más me gustó del museo. Estuve mucho tiempo contemplando con fascinación las revistas de arquitectura, los cuadros de Felguérez y los logos que fueron creados en esas épocas (muchos son de empresas regias. Ajuá!).
La segunda razón por la cual visité el MAM fue por que mi casera, Vida Yovanovich, expuso una pieza en la planta alta. La exposición se llamaba "Presuntos Culpables" y sus fotos de mujeres en la cárcel muy a penas se podían ver. Estaban en una especie de cuarto hecho de tablaroca que tenían rupturas intencionales de las cuales se les salían las estructuras de metal. Las fotos casi no se veían pues estaba muy obscuro y la verdad, creo que hubiera estado mejor que las mostrara enmarcadas o simplemente impresas y sobre la pared. Después caminé por el pasillo auditivo (y muy obscuro) de Rogelio Sosa en el cual escuchabas ruidos de la cárcel (y quizá olores también por que cuando entré alguien aprovechó para tirarse uno) y al salir me topé con una serie de vitrinas con utensilios hechizos como de boy scout jodido producidos por un colectivo que se armó en una cárcel. También había un cubo o cuarto obscuro de Santiago Sierra suponía ser una celda de castigo (I don't think so.... seguro las celdas de castigo apestan a orines y a secreciones y esta era una caja muy mona con olor a pintura de museo en la cual reflexionas pero no te atormentas). Las fotos de Aridjis muy buenas y el Time Divisa del chavo recién salido de La Esmeralda también le dan otra dimensión a la expo. No sé... mixed feelings. Medio pretenciosa, pero sin duda diferente!
Luego me pasé a ver la expo de Yishai Jusidman y como ya estaba saturada de info, solo pude digerir las pinturas tituladas "Geishas" y las piezas basadas en fotos de The Economist. Jusidman es un gran pintor, no cualquiera puede con temple... y él es un master.
Y para rematar había una expo de foto del acervo del museo y de esta colección me gustó la fotografía titulada "Polvareda" de Rodrigo Moya en donde un par de elegantes damas de los cincuentas caminan cubriéndose de la polvareda por el paseo de la Reforma.